Cuando se construye una casa, hay
que empezar por los cimientos. Es duro, aburrido y jamás se verán cuando esté
finalizada pero las cosas importantes requieren, siempre, una base sólida.
Eso ha sido el I Congreso
Internacional de Ciencias Forenses celebrado en Manizales, Colombia; la
estructura inicial para construir un sistema judicial en el que tenga cabida,
de forma permanente y no anecdótica, la investigación forense como garantía de
resolución de delitos.
Sobre el programa no hace falta
insistir. El experto en informática forense y CEO de INCIDE, Sr. Abraham
Pasamar, lo ha detallado magistralmente en su artículo Crónica del Primer Congreso Con Ciencia Forense.
Ponentes y parte del equipo organizador
En un país aun inexperto en la integración cotidiana de estas ciencias en el aparato legal, esta iniciativa es una apuesta de futuro para mejorar la defensa del ciudadano, sea víctima o victimario. Y, pese a la paradoja que pueda suponer inicialmente este extremo, resulta indudable que la correcta imputación del culpable también redunda en su correcta defensa puesto que le permite responsabilizarse exclusivamente en relación a las pruebas aportadas.
La tenacidad denodada de
determinados estudiantes de la Universidad de Manizales, algunos de ellos ya
consagrados profesionales, ha permitido contar con el apoyo institucional del
propio centro educativo y, tácitamente, de la propia nación colombiana, a
través de la policía nacional.
El resultado de ese gran esfuerzo
ha sido un evento que sienta las bases para apostar por programas de formación
específicos en materia criminalística; sea a través de un pregrado, de una maestría
o de seminarios de especialización. Más de 180 asistentes al Congreso han demostrado
que existe interés por formarse en este campo. Sorprende todavía más la heterogeneidad
en el perfil de los mismos. De estudiantes de derecho o psicología es esperable
su asistencia pero cuando participan de manera activa policías o fiscales, es
indudable que está instaurada esta Conciencia Forense en aquellos que cumplen
una clara función social.
Las ponencias nacionales han
servido para descubrir que hay una voluntad de la Administración por estudiar y
comprender el delito desde la perspectiva funcional que facilitan los datos.
Las intervenciones
internacionales han insistido en la aplicación de metodologías contrastadas para
la resolución de delitos.
Sr. Manel Cruz, Gerente del Gabinete Profesional de Peritos Judiciales
Ambas vías de estudio, abanderadas por la criminología y la criminalística respectivamente, constituyen el camino que hay que recorrer, muchas veces entrelazadas, para lograr un Estado con un sistema judicial sólido y creíble.
En otros países, como España, la
investigación de delitos está asignada inicialmente a los cuerpos policiales
pero, en este entorno, participan igualmente los peritos judiciales o de parte
y los investigadores privados. En muchas ocasiones ratificando el análisis de
indicios o pruebas aportadas policialmente y, en otras, cuestionando no ya la objetividad
de las mismas sino su correcta interpretación. En definitiva, facilitando al
juez, último responsable, una valoración crítica del proceso de imputación de
sospechosos y alternativas viables para su consideración.
Esta integración de las ciencias
forenses en la investigación de delitos conlleva, adicionalmente, otro
beneficio social directo: la potencial inserción laboral de expertos en múltiples
especialidades. Para Colombia, además de la mayor captación de estudiantes que
puede suponer para las diferentes universidades contar con programas formativos
en este ámbito, es incuestionable que posibilitaría reducir la desocupación de grandes
profesionales que pueden actuar ya como peritos en procedimientos judiciales.
Ahora que ya se ha dado el primer
paso, hay que continuar la marcha y trabajar para que este primer congreso sea
la piedra angular sobre la que se asienten nuevos eventos e iniciativas con la
misma orientación forense.
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