He asistido a un juicio en el que se había solicitado un informe pericial textil.
La demandante era una empresa textil que había contratado un servicio de tratamiento de varias partidas de ropa, que debían cortarse y transformarse en diversas imitaciones (algodón, piel, etc.).
La empresa demandada había recibido la materia prima y había realizado el tratamiento correspondiente, entregando el productoa la compañía contratante, y cobrando posteriormente.
Esta última recibió el material y no comprobó inmediatamente su calidad. Al poco tiempo la empresa demandada inicia un concurso de acreedores.
En esos momentos, la demandante se da cuenta de la baja calidad del producto y solicita la devolución del dinero del servicio más el coste de la materia prima que ya resulta inservible.
Para apoyar su solicitud ha realizado un informe pericial textil que demuestra la mala realización del tratamientoy que convierten las telas en productos de baja calidad que no pueden ser comercializados.
Pese a la presentación del informe, que es importante, la compañía lo tendrá difícil para cobrar porque no cuenta entre los acreedores prioritarios en el reparto de activos de la misma.
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