Es un punto de encuentro. Una plataforma desde la que pretendo dar a conocer temas e información relacionada con el desconocido mundo del peritaje.
¿Sabemos qué es un perito?
Curiosamente, mi madre, hasta hace unos meses, no tenía claro qué función social realizamos.
Un perito (del lat. perītus) es sencillamente un experto en una ciencia o arte. Un profesional capaz de evaluar un estado o circunstancia y aportar un criterio objetivo y fundamentado, basado en su formación y experiencia.
Por esa preparación técnica, es un recurso que se utiliza frecuentamente en procesos judiciales como un elemento que aporta claridad a determinadas cuestiones que ni el juez, ni el fiscal ni los abogados conocen en profundidad. Es un dictamen profesional que cuenta con la autoridad suficiente para convertirse en un factor clave en la sentencia.
En definitiva, la actividad pericial puede constituir una actividad probatoria, ya que el dictamen pericial puede ser considerado un medio de prueba.
Partiendo de esta idea, es posible imaginar qué áreas o ámbitos de actuación pueden afectar al perito: cualquiera. ¿Qué ocurre cuando un proceso judicial requiere una valoración forense o una tasación económica o una prueba caligráfica o la reconstrucción de un accidente?
En todos los casos se recurre a la figura del perito profesional.
¿Quién puede solicitar un peritaje?
La prueba pericial puede aportarla o solicitarla una de las partes que intervienen en el proceso (llamado peritaje de parte o extrajudicial) o bien el propio juez (peritaje judicial).
Acabo aquí esta primera reflexión. Como punto de partida ya permite tener una idea de qué hacemos y hasta qué punto podemos ser útiles.
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